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SALUD PÚBLICA
¿El consumo de bebidas energéticas es peligroso para la salud?
Mayormente consumidas por adolescentes y adultos jóvenes, estas bebidas se venden en 140 países. Una reciente revisión sistemática analizó cuáles son los efectos adversos para la salud tras su ingesta.


La industria de las bebidas energéticas, presente en 140 países, recauda cifras multimillonarias en dólares y en los Estados Unidos su venta se ha incrementado en un 240% entre el 2004 y 2009. Se comercializan como un medio para mejorar el rendimiento deportivo, la concentración, la energía, la pérdida de peso, y para disminuir las secuelas del alcohol. Los ingredientes más comunes de estas bebidas, que suelen ser vendidas como suplementos dietéticos, son la cafeína, taurina, guaraná, glucuronolactona, ginseng, vitamina complejo B, entre otros. Sin embargo, en su mayoría son estimulantes y no están regulados por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, según "Energy drinks and their adverse health effects: A systematic review of the current evidence", una revisión sistemática sobre los posibles efectos adversos para la salud tras su ingesta.

Investigadores de hospitales de los Estados Unidos y Pakistán, autores de este trabajo que analizaron toda la literatura sobre el tema publicada entre 1980 y mayo de 2014, expresan que las bebidas energéticas son consumidas principalmente por los adolescentes y adultos jóvenes del género masculino. Si bien se empezaron a fabricar en 1987, el 63% de los eventos adversos fueron publicados después de 2010, lo que demuestra la novedad de este fenómeno y refleja el aumento de su incidencia. Estadísticas de los Estados Unidos informan que entre el 30% al 50% de los niños, adolescentes, y adultos jóvenes consumen más de una vez al mes estos alteradores endocrinos. Por otra parte, una encuesta realizada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (EE.UU) confirma que el consumo diario entre los estudiantes de secundaria es similar a las de las bebidas gaseosas. Asimismo, manifiestan que en las salas de emergencia de los hospitales estadounidenses se elevó más de diez veces (entre 2005 y 2011) la cantidad de pacientes con efectos adversos por la ingesta de estas bebidas. En los hombres, estos efectos adversos fueron a menudo vinculados a la co-ingestión con alcohol o las drogas, mientras que en las mujeres se debió a su consumo junto con otro fármaco.

Conforme a esta revisión publicada en Post Graduate Medicine, como la cafeína es su principal ingrediente activo(de 50 a 55 mg por porción), su ingesta en grandes cantidades provocarían eventos adversos que afectan los sistemas cardiovasculares y neurológicos: arritmia, isquemia de miocardio, aneurisma, paro cardíaco, vasoespasmo, trombosis coronaria e hipertensión, convulsiones, accidente cerebrovascular, eventos neuropsiquiátricos, ideación suicida y psicosis. Asimismo, provocarían reacciones anafilácticas, trastornos renales y lesión hepática. Por otra parte, un estudio transversal halló que un tercio de los consumidores de estos alterados endocrinos experimentaron algún tipo de disfunción eréctil.

Como conclusión, sus autores dicen que si bien todavía se necesitan más pruebas para probar la correlación entre las bebidas energizantes y todos los efectos adversos, expresan que hay pruebas suficientes para justificar precaución en su consumo e incrementar su regulación. La Academia Americana de Pediatría y la Asociación Médica de Estados Unidos recomiendan evitar el consumo de estos alteradores endocrinos, sobre todo en la población  más joven. Otras de las indicaciones de esta destacada revisión es que los proveedores de atención primaria deberían aconsejar a los pacientes con mayor riesgo, y advertir sobre el consumo de estas bebidas en conjunción con el alcohol u otras drogas.