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ESTUDIO PROSPECTIVO
Los adultos mayores fumadores tienen un 60% más de probabilidades de desarrollar fragilidad
Es en comparación con aquellos no fumadores.


Los adultos mayores fumadores tienen un 60% más de probabilidades de desarrollar fragilidad en los subsiguientes cuatro años, en comparación con aquellos no fumadores.

Así lo sugiere el estudio “Does current smoking predict future frailty? The English longitudinal study of ageing”( Age and Ageing, 47 (1) Página: 126 – 131; 2018), elaborado por investigadores de la University College London. 

El punto de partida de la investigación fue que fumar es la causa más evitable de morbilidad y mortalidad pero la evidencia sobre las asociaciones independientes entre el tabaquismo en la vida posterior y la fragilidad incidente es escasa. Por eso los investigadores se propusieron examinar el efecto del tabaquismo actual en las personas mayores sobre el riesgo de desarrollar fragilidad.

Para cumplir con ese objetivo, el estudio utilizó datos de 2.542 personas mayores de la población general con edades ≥60 años en Inglaterra. Los participantes fueron clasificados como fumadores actuales o no fumadores. La fragilidad se definió utilizando los criterios modificados de Fried. Se usaron modelos de regresión logística multivariable para examinar el riesgo de fragilidad incidente a 4 años en los fumadores actuales en comparación con los no fumadores, ajustados por variables demográficas, socioeconómicas y de salud.

De los 2.542 participantes, 261 eran fumadores actuales y 2.281 no fumadores. Los fumadores actuales eran más jóvenes, con un Índice de Masa Corporal más bajo, menos educados, de menor poder adquisitivo y más solitarios en comparación con los no fumadores al inicio del estudio. En modelos de regresión logística multivariable ajustados por edad y sexo, los fumadores actuales tenían el doble de probabilidades de desarrollar fragilidad en comparación con los no fumadores (odds ratio (OR) = 2,07, intervalo de confianza (IC) del 95% = 1,39-3,39, p = 0,001) . La asociación se atenúa en gran medida controlando el estado socioeconómico.

El tabaquismo permanece significativamente asociado con la fragilidad incidente en modelos totalmente ajustados que incluyen edad, sexo, nivel socioeconómico, consumo de alcohol, función cognitiva y soledad (OR = 1.60, IC 95% = 1.02-2.51, P = 0.04).Sin embargo, la relación se atenúa cuando se tiene en cuenta el sesgo de falta de respuesta a través de la imputación múltiple de respuestas.

Este estudio (denominado ELSA por sus siglas en inglés) prospectivo de panel de 2.542 residentes de la comunidad británica compuesto por  hombres y mujeres mayores de 60 años que no presentaban fragilidad al inicio del estudio mostró que los fumadores actuales tenían un 60% más de probabilidades de desarrollar fragilidad que los no fumadores en los siguientes cuatro años, controlando un amplio rango de posibles factores de confusión, incluida la edad, el sexo, el consumo de alcohol, la educación, la condición socioeconómica, la función cognitiva y la soledad.

Por lo tanto, los investigadores concluyeron que los fumadores actuales en comparación con los no fumadores fueron significativamente más propensos a desarrollar fragilidad durante cuatro años entre las personas mayores que viven en la comunidad. Dado que fumar es un factor de estilo de vida modificable, dejar de fumar puede prevenir o retrasar el desarrollo de la fragilidad, incluso en la vejez.