Ingresar a RIMA

Regístrese

  • Por favor ingrese su Código Llave

 

El volcán elevó la temperatura hasta los 700°

RIMA se solidariza con la población de Guatemala en este difícil momento
Médicos y rescatistas siguen tratando de encontrar heridos y víctimas pero las condiciones lo dificultan


La potente erupción del Volcán de Fuego en Guatemala ya dejó 69 muertes. El comienzo de la actividad fue tan repentino que sorprendió a los habitantes de las remotas aldeas de montaña cercanas a la capital guatemalteca, que no pudieron ponerse a salvo a tiempo y sintieron los estragos de su fuerza.

La actividad comenzó el domingo 2 de junio, cuando el volcán de 3763 metros de altura, situado a 35 kilómetros al suroeste de la capital de Guatemala, comenzó a derramar lava y poco después estalló en ceniza, humo y roca fundida.

Y sólo en cuestión de minutos se vieron imágenes desoladoras: casas, autos, árboles y personas cubiertas de un polvo gris que quemaba, ríos de lava que bajaban desde el área de la montaña, hombres, mujeres y niños desesperados en busca de refugio.

Hasta ahora, las cifras oficiales indican que además de los 69 fallecidos confirmados (de los cuales sólo 17 pudieron ser identificados) hay 46 heridos, más de 1,7 millones de afectados, 3.271 evacuados y 1.877 albergados en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) son los más afectados.

Los trabajadores de emergencias buscan sobrevivientes entre escombros con palas y maquinaria pesada, una labor peligrosa en un terreno todavía tan caliente y complicado por la falta de electricidad.

Asimismo, los rescatistas utilizan mazas para romper los tejados de casas llenas de escombros hasta el techo para comprobar si hay personas atrapadas dentro.

En El Rodeo, soldados cubiertos con máscaras azules para protegerse del polvo montan guardias detrás de una cinta amarilla que acordona la escena, mientras trabajadores con cascos naranjas retiran cuerpos en camillas. El paisaje cubierto de ceniza, rocas y otros restos aún humea en varios puntos.

Desde el Instituto Nacional de Ciencia Forense se informó que "está costando mucho identificar a los cuerpos porque algunos de los fallecidos perdieron sus facciones o las huellas digitales" por los flujos ardientes que salieron del volcán y, por lo tanto, se va a tener que recurrir a otros métodos antropológicos y si es posible tomar muestras de ADN para identificarlos.

La erupción del domingo tomó por sorpresa a los vecinos de las aldeas de montaña, que tuvieron poco o nada de tiempo para ponerse a salvo. El volcán entró en actividad cerca del mediodía del domingo, al expulsar humo y ceniza que se elevó varias millas hacia el cielo. En torno a las dos de la tarde llegó una nueva explosión más fuerte. Muy pronto, flujos piroclásticos avanzaron por los flancos del volcán, bloqueando caminos y quemando casas. Incluso, alcanzaron a algunas personas en sus casas o en las calles, donde las temperaturas alcanzaron hasta 700 grados.