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THE LANCET
Las intervenciones para mejorar la salud preconcepcional deberían dirigirse a mujeres que buscan embarazo y a todas en general
Sin embargo, hay escasa evidencia sobre intervenciones de nutrición y conductuales.


Se recomienda una estrategia dual dirigida a mujeres y parejas que planifican un embarazo, junto con la promoción de la salud de todas las mujeres en edad fértil para mejorar la salud preconcepcional pero hay escasa evidencia proveniente de ensayos sólidos y relevantes para el contexto de la nutrición preconcepcional y las intervenciones conductuales de salud.

Así lo sugiere el estudio “Intervention strategies to improve nutrition and health behaviours before conception” (The Lancet; 391 (10132) Págs: 1853 – 1864; 2018), elaborado por investigadores de la Universidad de Southampton.

El estado nutricional de mujeres y hombres antes de la concepción tiene profundas implicaciones para el crecimiento, el desarrollo y la salud a largo plazo de sus hijos, pero la evidencia de la efectividad de las intervenciones previas a la concepción para mejorar los resultados para las madres y los bebés es escasa. Sin embargo, dado el gran potencial de retorno para la salud, los costos relativamente bajos y el reducido riesgo de daño, la investigación de posibles intervenciones está justificada.

Los investigadores identificaron tres estrategias prometedoras para la intervención que probablemente tengan efectos positivos en una variedad de resultados para la salud: suplementos y fortificación; transferencias de efectivo e incentivos; y las intervenciones de cambio de comportamiento. Sobre la base de estas estrategias, se sugirió un modelo que especifique las vías a seguir.

Los itinerarios se incorporan a un marco de curso de vida que utiliza la motivación individual y la receptividad en diferentes fases de acción previas a la concepción, para guiar el diseño y la focalización de las intervenciones previas a la concepción.

Las intervenciones para las personas que no planean un embarazo inmediato aprovechan los entornos y las plataformas de implementación fuera del ámbito de la salud maternoinfantil, ya que es poco probable que este grupo participe en los servicios de salud materna.

Más allá de qué estrategia se elija, los investigadores aclararon que las intervenciones para mejorar el estado nutricional y las conductas de salud de las mujeres en todas las fases de acción previas a la concepción deben considerar los determinantes sociales y ambientales para evitar agravar la salud y las desigualdades de género y respaldarse por un movimiento social que afecte a toda la población.

En base a la información conseguida, los investigadores propusieron una estrategia dual que se dirige a grupos específicos que planifican activamente un embarazo, al tiempo que se mejora la salud de la población de manera más amplia. Las técnicas modernas de marketing podrían utilizarse para promover un movimiento social basado en una conexión emocional y simbólica entre una mejor salud y nutrición materna preconcepcional y la salud de los bebés.
Por eso, se sugirió que se puedan lograr beneficios rápidos y escalables para la salud pública a través del compromiso estratégico con el sector privado. La teoría política apoya el desarrollo de una coalición de defensa de grupos interesados en la salud preconcepcional, para aprovechar la voluntad política y el liderazgo necesarios para convertir la política de alto nivel en una acción coordinada efectiva.

Para maximizar los beneficios y lograr trayectorias de crecimiento de la salud en la próxima generación, las estrategias previas a la concepción deberían ser más amplias que la complementación o la fortificación, y abordar los determinantes más amplios de la salud.

Como las motivaciones para comprometerse con la nutrición previa a la concepción difieren según la edad y la fase de vida; es necesario comprender y aprovechar estas motivaciones para lograr una intervención exitosa.

Y finalmente se recomendó que las intervenciones previas a la concepción cuenten con el apoyo de un movimiento social y voluntad política, los cuales requieren un compromiso hábil con los intereses comerciales poderosos.

La conclusión fue proponer una estrategia dual dirigida a mujeres y parejas que planifican un embarazo, junto con la promoción de la salud de todas las mujeres en edad fértil, podría ser el enfoque más eficaz para mejorar la salud preconcepcional. La escasa evidencia proveniente de ensayos sólidos y relevantes para el contexto de la nutrición preconcepcional y las intervenciones conductuales de salud hace que sea difícil sacar conclusiones firmes sobre su efectividad para mejorar los resultados para las madres y los bebés a gran escala.