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The Lancet Global Health
Uno de cada cuatro adultos en el mundo no realiza la actividad física mínima recomendada
Las mujeres y los habitantes de países occidentales de altos ingresos, entre los más inactivos.


En el mundo, uno de cada cuatro adultos no realiza suficiente actividad física, lo que pone a más de 1,4 mil millones de personas en riesgo de desarrollar o exacerbar enfermedades no transmisibles. Las mujeres y los habitantes de países occidentales de altos ingresos, entre los más inactivos.

Así lo sugiere el estudio “Worldwide trends in insufficient physical activity from 2001 to 2016: a pooled analysis of 358 population-based surveys with 1·9 million participants” (The Lancet Global Health; 6 (10) Págs: e1077 – e1086; 2018).

Sobran las evidencias científicas de los numerosos beneficios para la salud de la actividad física, que incluyen un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes y cáncer de mama y colon. Además, la actividad física tiene efectos positivos en la salud mental, retrasa la aparición de la demencia y puede ayudar a mantener un peso saludable.   

Como contrapartida, una insuficiente actividad física constituye un factor de riesgo importante para las enfermedades no transmisibles y tiene un efecto negativo en la salud mental y en la calidad de vida.

Por eso, los investigadores buscaron describir los niveles de actividad física insuficiente en todos los países y estimar las tendencias globales y regionales.

Y para cumplir con ese objetivo se agruparon los datos de las encuestas basadas en la población que informaron la prevalencia de una actividad física insuficiente, que incluía la actividad física en el trabajo, en el hogar, para el transporte y durante el tiempo libre (es decir, no hacer al menos 150 minutos de intensidad moderada, o 75 minutos de actividad física de intensidad vigorosa por semana, o cualquier combinación equivalente de los dos opciones).

Se utilizaron modelos de regresión para ajustar los datos de la encuesta a una definición estándar y grupos de edad. Las tendencias de tiempo se midieron utilizando el modelado de efectos mixtos multinivel. Se consideraron datos de 358 encuestas realizadas en 168 países, que contenían 1,9 millones de participantes.

En 2016, la prevalencia global de actividad física insuficiente fue de 27.5% (95% de intervalo de incertidumbre 25,0–32,2), con una diferencia entre los sexos de más de 8 puntos porcentuales (23,4%, 21,1–30,7, en hombres vs 31,7%, 28,6–39,0, en mujeres).

Entre 2001 y 2016, los niveles de actividad insuficiente se mantuvieron estables (28.5%, 23,9–33,9 en 2001; cambio no significativo). Los niveles más altos de actividad física insuficiente en 2016 fueron en mujeres en América Latina y el Caribe (43,7%, 42,9–46,5), sur de Asia (43,0%, 29,6–74,9) y países occidentales de altos ingresos (42,3%, 39,1–45,4), mientras que los niveles más bajos se registraron en hombres de Oceanía (12,3%, 11,2–17,7), este y sureste de Asia (17,6 %, 15,7–23,9), y África subsahariana (17,9%, 15,1–20,5).

La prevalencia en 2016 fue más del doble en los países de ingresos altos (36 · 8%, 35 · 0–38 · 0) que en los países de ingresos bajos (16,2%, 14,2–17,9), y la actividad insuficiente aumentó en los países de altos ingresos a lo largo del tiempo (31,6%, 27,1–37,2, en 2001).

Como conclusión del análisis de estas encuestas, los investigadores hallaron que más de una cuarta parte de todos los adultos no estaba haciendo suficiente actividad física. Esto pone a más de 1,4 mil millones de adultos en riesgo de desarrollar o exacerbar enfermedades relacionadas con la inactividad (por ejemplo, sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus, enfermedades cardio y cerebrovasculares).

Además, si las tendencias actuales continúan, el objetivo global de actividad física para 2025 (una reducción relativa del 10% en la actividad física insuficiente) no se cumplirá. Las políticas para aumentar los niveles de actividad física de la población deben priorizarse y ampliarse con urgencia.