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ESTUDIO ALEATORIZADO
El tiempo de almacenamiento de la sangre para transfusiones no modifica las tasas de mortalidad
No se registraron más muertes en casos en los que se usó sangre con más tiempo de almacenamiento.


Un estudio revela que no hay beneficios en el uso de sangre con poco tiempo de almacenamiento, tanto en la población general de los hospitales como en pacientes de alto riesgo y esto también fue independiente del grupo sanguíneo de los transfundidos, ya que el porcentaje de fallecidos fue similar en todos los casos. 

La transfusión sanguínea es una de las intervenciones médicas más comunes. La sangre se almacena hasta 42 días antes de la transfusión y sufre cambios desde los puntos de vista bioquímicos, estructurales y funcionales durante su almacenamiento, lo que podría reducir la cantidad de oxígeno trasladado a los tejidos.

Estudios observacionales sugirieron que el almacenamiento prolongado de sangre estuvo asociado con un incremento de los eventos cardiovasculares.

Sin embargo, un nuevo estudio indica que no se registraron más muertes en casos en los que se usó sangre con más tiempo de almacenamiento.

El trabajo realizado por la Universidad McMaster de Canada " Effect of Short-Term vs. Long-Term Blood Storage on Mortality after Transfusion" consistió en un análisis pragmático, aleatorizado y controlado que se efectuó en seis hospitales de cuatro países donde se otorgó aleatoriamente sangre que llevaba más y menos tiempo almacenada a pacientes que necesitaban transfusiones de glóbulos rojos. Así se conformaron los grupos de corto plazo y largo plazo de almacenamiento.  

En estudios previos se observó que la transfusión de sangre después de períodos prolongados de almacenamiento no incrementa los riesgos de resultados adversos entre los pacientes, aunque esos estudios que lo ratifican se hicieron en población de alto riesgo y no permiten detectar diferencias en la mortalidad.Por lo tanto, se intentó determinar si el tiempo de almacenamiento de la sangre afecta la mortalidad después de la transfusión en la población general de pacientes hospitalizados. 

El resultado primario fue la mortalidad intrahospitalaria, que fue estimada mediante un modelo de regresión logística después del ajuste para el centro de estudio y el tipo de sangre del paciente en cuestión.

Se aleatorizaron 31.497 pacientes entre abril de 2012 y octubre de 2015. De ese total de pacientes, 6.761 fueron excluidos y se incluyeron 20.858 pacientes con sangre grupo A y grupo 0, de los cuales 6.936 fueron asignados al grupo de corto plazo de almacenamiento y 13.922 al grupo de largo plazo de almacenamiento.

La media de duración del almacenamiento de la sangre fue de 13 días en el grupo de corto plazo y de 23.6 días en el grupo de largo plazo. Se registraron 634 muertes (9,1%) en el grupo de corto plazo y 1.213 (8,7%) en el grupo de largo plazo. Cuando el estudio se extendió a los 24.736 pacientes con cualquier tipo de grupo sanguíneo, los resultados fueron similares.

Como conclusión, se halló que entre la población general del hospital no hubo diferencias sustanciales de muerte entre aquellos que recibieron transfusiones con sangre más fresca y aquellos que fueron transfundidos con la sangre con más tiempo de almacenamiento que estuviera disponible, como es la práctica estándar.