JAMA Internal Medicine
No existe evidencia suficiente que ratifique los beneficios de reducir la ingesta de sal para pacientes con insuficiencia cardíaca
Por lo tanto, se recomienda la realización de estudios que amplíen la evidencia disponible.
A pesar de la amplia promoción para reducir la ingesta de sal en pacientes con insuficiencia cardíaca, no se halló evidencia sólida para sostener que genera beneficios en este tipo de pacientes.
Así lo sugiere el estudio
“Reduced Salt Intake for Heart Failure: A Systematic Review” (JAMA Internal Medicine; 178 (12) Págs: 1693 – 1700; 2018).
Las estimaciones recientes sugieren que más de 26 millones de personas en todo el mundo tienen insuficiencia cardíaca. El síndrome está asociado con síntomas mayores, un aumento significativo de la mortalidad y el uso extensivo de la atención médica. Los tratamientos basados en la evidencia influyen en todos estos resultados en una alta proporción de pacientes con insuficiencia cardíaca. El manejo actual también suele incluir consejos para reducir el consumo de sal en la dieta, aunque los beneficios son inciertos.
Por eso, los investigadores se propusieron hacer una revisión sistemática de los ensayos clínicos aleatorios de reducción de sal en la dieta en pacientes adultos con insuficiencia cardíaca, ya sea hospitalizados o ambulatorios.
Para eso se realizaron búsquedas sistemáticas en varias bases de datos bibliográficos, incluidos el Registro Central de Ensayos Controlados de Cochrane, MEDLINE, Embase y CINAHL. Se evaluó la calidad metodológica de los estudios y los datos se asociaron con los resultados primarios de interés (mortalidad asociada a la enfermedad cardiovascular, mortalidad por todas las causas y eventos adversos, como accidente cerebrovascular e infarto de miocardio) y resultados secundarios (hospitalización, duración de la estancia hospitalaria, cambio en la clase funcional de la New York Heart Association [NYHA], la adherencia a la ingesta dietética baja en sal y los cambios en la presión arterial).
De 2.655 referencias recuperadas, 9 estudios con 479 participantes únicos se incluyeron en el análisis. Ninguno de los estudios incluyó más de 100 participantes. Los riesgos de sesgo en los 9 estudios fueron variables. Ninguno de los estudios incluidos proporcionó datos suficientes sobre los resultados primarios de interés. Para los resultados secundarios de interés, 2 estudios ambulatorios informaron que la clase funcional de la NYHA no mejoró por la restricción de la ingesta de sal, mientras que 2 estudios informaron mejoras significativas en la clase funcional de la NYHA.
Se registró una evidencia limitada de mejoría clínica entre los pacientes ambulatorios que redujeron la ingesta de sal en la dieta pero la evidencia no fue concluyente para los pacientes hospitalizados. En general, se encontró escasez de pruebas sólidas y de alta calidad para respaldar o refutar la orientación actual. Esta revisión sugiere que se necesitan estudios bien diseñados y con el poder adecuado para reducir la incertidumbre sobre el uso de esta intervención.
Es decir: a pesar de la amplia promoción para reducir la ingesta de sal en pacientes con insuficiencia cardíaca, sigue existiendo incertidumbre sobre la solidez de los consejos para reducirla.