La medida afecta al servicio de Google Ads
Google acota la difusión de fake news y bulos sobre temas de salud con una nueva política de anuncios
Prohíbe publicidad sobre tratamientos que carecen de base biomédica o científica
El fenómeno de las fake news es global y afecta a la salud, un campo que favorece el calado de las informaciones basadas en intereses económicos y da lugar a la difusión y proliferación de bulos referidos a enfermedades y terapias. La desinformación sobre temas sanitarios se ha elevado exponencialmente con el alza de las búsquedas en Internet sobre cuestiones relacionadas con la salud experimentado en las últimas décadas.
Investigaciones como el II Estudio sobre Bulos en Salud, llevado a cabo por el Instituto #SaludsinBulos y la plataforma Doctoralia, con la participación de 350 sanitarios españoles, han revelado que la gran mayoría de los profesionales sanitarios (el 90%) piensa que los pacientes suelen buscar en la red información sobre su patología o sus síntomas antes de acudir a la consulta, y el 76% considera que la información que se puede encontrar en la red no es fiable.
Este estudio evidenció un aumento de las consultas sobre tratamientos no contrastados, así como que las pseudoterapias son actualmente el principal motivo de los bulos en salud, seguidas de la alimentación (otro nicho fuerte de noticias falsas), el cáncer, los efectos secundarios de los medicamentos y la supuesta toxicidad de ciertos compuestos.
“Encontramos infinidad de perfiles y canales en Facebook y YouTube en los que se difunden este tipo de contenidos; incluso hay marcas dedicadas íntegramente a la difusión de la desinformación en salud”, explica Emilio Molina, ingeniero informático y vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), con sede en la Comunidad Valenciana (España). “Y dado el carácter global de los contenidos en red, es muy fácil acceder a materiales peligrosos de gurús internacionales”, añade.
Colectivos vulnerables
Molina señala que los contenidos estrella de estos bulos son, al margen de todo tipo de dietas y propuestas “détox”, los relacionados con la suspicacia en torno a las vacunas, la cura del cáncer o el autismo. De acuerdo con el experto, sus autores se aprovechan de la desesperación de las personas. “Estos charlatanes con delirios narcisistas mesiánicos tienes pocos escrúpulos a la hora de ofertar remedios como panacea: solo necesitan tejer su red en forma de contenidos llenos de promesas de curación fácil y dejar que las víctimas acudan a ellos”.
En este contexto, Google ha anunciado recientemente a través de un comunicado (A new policy on advertising for speculative and experimental medical treatments) una política dirigida a prohibir la publicidad referente a técnicas médicas no comprobadas o experimentales. La compañía ha empezado a prohibir los anuncios de Google Ads que venden tratamientos sin base biomédica o científica, incluidas las terapias basadas en hallazgos científicos básicos y en experiencia clínica preliminar que actualmente no cuentan con pruebas clínicas suficientes para justificar su uso clínico generalizado.
Este cambio supone un paso proteger la salud pública. Según fuentes de Google, el ecosistema de anuncios digitales sólo puede prosperar si se trata de un lugar seguro y confiable para los usuarios. “Hemos visto que ha crecido el número de personas que intentan aprovecharse de otras ofreciendo tratamientos engañosos y no probados. Estos tratamientos pueden suponer un riesgo para la salud y creemos que no tienen cabida en nuestras plataformas”, indican.
Objetivo: resultados de búsquedas
En opinión de Molina, la medida de Google frenará la publicidad dinámica que los internautas reciban en los lugares que visiten, “pero éstos podrán seguir accediendo perfectamente a contenidos pseudoterapéuticos sin que se muestre ningún tipo de alertas al respecto, lo cual es el problema de base”.
Por su parte, la multinacional tecnológica afirma que “hemos hecho un gran esfuerzo para frenar la información errónea en nuestros productos, desde mejores algoritmos de búsqueda hasta mejorar nuestra capacidad para mostrar contenido autorizado, así como políticas más estrictas contra la monetización de contenido dañino en YouTube, aunque sabemos que nuestro trabajo no ha terminado”.
Las mismas fuentes destacan que el buscador Google Search prioriza los resultados de fuentes autorizadas: “Cuando destacamos información sobre temas médicos nos esforzamos por mostrar un amplio consenso científico”. También, “para cientos de afecciones, como el sarampión y otras enfermedades prevenibles mediante vacunación, tenemos paneles de conocimiento que incluyen información de fuentes autorizadas como la Mayo Clinic y que han sido evaluados por profesionales, además de contar con la colaboración de entidades como el equipo de salud del New York Times y el Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering”, añaden.
Redes sociales: nuevos algoritmos
Según el estudio de #SaludsinBulos y Doctoralia, el 76% de las fake news proceden de las redes sociales, una realidad que llevó a Facebook y a YouTube a anunciar el pasado verano una serie de medidas contra este tipo de contenidos. Así, Facebook actualizó el algoritmo que organiza su feed de noticias para reducir las publicaciones con reclamos de salud exagerados y falsos (curas milagrosas), y aquellas que intenten vender productos o servicios basados en reclamos de salud (medicaciones para perder peso, por ejemplo).
En el caso de la búsqueda de tratamiento del cáncer, Youtube ha optado por la vía de “resaltar el contenido más autorizado”, mostrando paneles informativos con fuentes fiables y reduciendo las recomendaciones a vídeos que promuevan la desinformación sobre el tema. Por su parte, “Twitter -comenta Molina- ha llevado a cabo una acción muy simple pero efectiva, que consiste en redireccionar a contenidos oficiales la búsqueda de información sobre vacunas, una lucha contra el antivacunismo a la que Instagram también intenta aportar su granito de arena bloqueando etiquetas con información falsa”.
Para Molina, “el hecho de desincentivar una vía directa de promoción supone un primer paso muy valiente y es importante ver un posicionamiento a nivel empresarial como el de Google, pero la cantidad de contenidos desinformantes en salud son tantos que se requerirían medidas más orientadas a que los usuarios pudieran reportar propuestas fraudulentas”. En su opinión, quizás con el desarrollo de estrategias basadas en inteligencia artificial se pueda comenzar a marcar o penalizar dichos contenidos de forma autónoma”.
Referencias
https://saludsinbulos.com/wp-content/uploads/2019/11/es-II-estudio-bulos-salud.pdf
https://support.google.com/google-ads/answer/9475042