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El estudio analizó los datos de 1073 pacientes de lupus
Los pacientes de lupus que sufren de ansiedad y depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar fatiga
La intensidad de la enfermedad y el tratamiento con glucocorticoides se asociaron también con la aparición de fatiga


Un equipo de investigadores pertenecientes a diversas instituciones médicas de Alemania y Francia ha logrado identificar los factores clave en el desarrollo de fatiga y fatiga severa en pacientes de lupus eritematoso sistémico (LES) “Predictors of fatigue and severe fatigue in a large international cohort of patients with systemic lupus erythematosus and a systematic review of the literature.” (Rheumatology. 2019; 58 (6): 987–996.). Si bien la fatiga es un síntoma muy frecuente de la enfermedad, no existe una investigación acorde acerca de los factores que favorecen su aparición. El presente trabajo analizó los datos de medio millar de pacientes de lupus con sintomatología de fatiga, y encontró que cerca de la mitad padecía también de ansiedad y depresión. El estudio halló también un vínculo entre la aparición de fatiga y la exposición a glucocorticoides y en menor medida, el nivel de desarrollo de la enfermedad.

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad crónica autoinmune que se manifiesta de formas muy variadas. Entre sus síntomas destacan la fatiga y la fatiga crónica, presentes en entre el 67% y el 90% de los casos. No obstante, y a pesar de los intentos por esclarecer el vínculo entre sendas condiciones, la investigación en este campo supone un verdadero reto debido a la falta de unanimidad acerca del concepto mismo de fatiga, que llega incluso a considerarse como causa de discapacidad laboral.

No sorprende, por tanto, que los factores de riesgo a la hora de desarrollar fatiga en pacientes de lupus no hayan sido objeto de estudio a gran escala en Europa. Algunos de estos factores son la falta de ejercicio, la falta de sueño (normalmente debida a la ansiedad o al dolor que acompaña a esta enfermedad) y el uso de medicamentos como los corticoides.

El presente estudio tenía como objetivo principal determinar los factores involucrados en el desarrollo de fatiga y fatiga crónica, y su grado de influencia.

Un estudio pionero en su campo.

El equipo, liderado por los investigadores Laurent Arnaud, Pierre Edouard Gavand y Rheinardt Voll, se valió de los datos clínicos y muestras biológicas registradas en The Lupus BioBank of the Upper Rhein (LBBR), una base de datos que engloba 15 centros clínicos pertenecientes a Alemania y Francia, y que cuenta también con un biobanco. La presencia de sintomatología ligada a la fatiga y fatiga severa, por un lado, y a la ansiedad y depresión, por otro, se determinó a través de los cuestionarios Fatigue Scale for Motor and Cognitive Functions (FSMC) y Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS).

De los 1073 pacientes con lupus eritematoso sistémico-registrados en la base de datos, sólo 570 mostraban síntomas de fatiga y fatiga crónica de relevancia clínica, de acuerdo con la escala de fatiga para funciones motoras y cognitivas. De dicha muestra de pacientes, cerca de un 70% mostraba síntomas de fatiga (386 pacientes), y hasta un 37% mostraba síntomas de fatiga severa (209 pacientes).

El estudio tomó como base 24 investigaciones previas enfocadas al estudio de los factores involucrados en el desarrollo de fatiga en pacientes de lupus, entendiéndose fatiga como fatiga cognitiva y motora, puesto que en más del 85% de los casos se desarrollan de forma simultánea.

El tratamiento psicológico es fundamental.

Tras llevar a cabo múltiples análisis, los investigadores hallaron un vínculo entre el desarrollo de fatiga y fatiga crónica, y la presencia de depresión y ansiedad en el paciente de lupus. En concreto, de los 570 pacientes de lupus con síntomas de fatiga y fatiga severa, alrededor de un 30% mostraba también síntomas de ansiedad (160 pacientes) y hasta un 10%, síntomas de depresión (52 pacientes). En otras palabras, se registraron síntomas de ansiedad y depresión en un 44% de los pacientes con fatiga y hasta en un 59% de los pacientes con fatiga severa.

Según el mismo trabajo, la exposición a glucocorticoides jugaría también un papel importante a la hora de desarrollar fatiga y fatiga severa, así como la edad del paciente (la media de edad de la muestra del estudio se situó en 42 años) y el nivel de desarrollo de la enfermedad, determinada a través del Índice de actividad del lupus eritematoso sistémico (SLEDAI, por sus siglas en inglés). En este sentido, los investigadores detectaron una mayor tasa de fatiga tras la aparición de artritis y úlceras bucales, asociados a una etapa avanzada de lupus.

No obstante, no se logró establecer un vínculo claro entre actividad física y fatiga, más allá de que los pacientes de lupus sin síntomas de fatiga practican ejercicio con mayor asiduidad. Tampoco se detectaron diferencias notables entre sexos, si bien la fatiga, en términos generales, tiene una mayor prevalencia entre mujeres (la muestra del estudio contó con un 89.1% de presencia femenina).

En conclusión, el estudio halló un vínculo entre el desarrollo de fatiga y fatiga crónica en pacientes de lupus y la presencia de enfermedades mentales (ansiedad y depresión), la exposición a glucocorticoides y en menor medida, la intensidad de la enfermedad. El trabajo sirvió también para corroborar los hallazgos de estudios anteriores, que atribuían ya una mayor incidencia de fatiga y fatiga severa a mayor edad del paciente. Estos resultados ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo tratar la fatiga en pacientes de lupus, poniendo el foco en la reducción de los tratamientos con glucocorticoides y el refuerzo de los tratamientos psicológicos y farmacológicos para la ansiedad y la depresión.

Arnaud L, Gavand PE, Voll R. et al.  Predictors of fatigue and severe fatigue in a large international cohort of patients with systemic lupus erythematosus and a systematic review of the literature. Rheumatology. 2019; 58 (6):  987–996. doi:10.1093/rheumatology/key398